El Tractatus logico-philosophicus de Ludwig Wittgenstein (1889-1951) constituye uno de los iconos culturales del siglo XX. Sin duda una de las obras capitales y de mayor influencia de la filosofía occidental, se encuentra también entre las más citadas por pensadores de posiciones filosóficas hartamente dispares. Por un lado, su estilo es cautivador: sus lacónicos párrafos de apariencia aforística -aunque encajados dentro de una muy trabajada estructura indicada por una numeración característica- son una especie de "trinos sincopados" con diferentes tempi musicales. Por otro, la descripción de su contenido tiene tintes heroicos: " El libro trata de los problemas de la filosofía y muestra [...] que el planteamiento de estos problemas descansa en una mala comprensión de la lógica de nuestro lenguaje. " Esta edición castellana del Tractatus incluye el famoso prólogo que Bertrand Russell escribió para la edición de 1922. La traducción, introducción y notas han sido realizadas por Luis M. Valdés Villanueva.