Esta pequeña obra es una ayuda para poner en práctica la virtud de la paciencia, una virtud que muy pocos comprenden y ponen en práctica, pues consideran que supone renunciar a vivir, cuando en realidad consiste más bien en renunciar para vivir. En primer lugar, el autor analiza los mecanismos psicológicos y espirituales que originan la impaciencia: el deseo de una vida más intensa, la reacción al aburrimiento, el deseo de control, el egocentrismo, la intolerancia ante los demás, el cansancio, o el deseo de acabar con el sufrimiento prolongado. A continuación, se detiene en las Escrituras para descubrirnos cómo es y cómo se manifiesta la paciencia de Dios. Finalmente, propone una serie de consejos o remedios contra la impaciencia, que nos ayudarán a desapropiarnos de nuestro ego y a aceptar al prójimo, y plantea siete claves para una paciencia cristiana.