Aunque algunos consideran que la infancia es una época de gozo, libre de preocupaciones y separada de las responsabilidades del adulto, y otros dudan de que en los niños y niñas se den las condiciones necesarias, porque todavía no se han desarrollado una serie de habilidades, principalmente de tipo cognitivo, para experimentar estrés, la realidad es que muchos padres, educadores, personal sanitario y adultos en general, se han encontrado con niños angustiados y con reacciones emocionales negativas por las situaciones duras, catastróficas o tensas que viven o han experimentado en el área familiar (nacimiento de un hermano, relaciones con los padres, fallecimiento de algún familiar, enfermedades graves, cambio de domicilio, etc.) escolar (cambio de centro o de ciclo, repetición de curso, cambio de profesor, suspensos...) o social (pérdida de un amigo, rechazo de compañeros, comienzo de actividades deportivas, desastres naturales o provocados, etc.). ¿Se puede hablar de estrés en la infancia? ¿Bajo qué condiciones y situaciones se da? ¿Cómo se supera? A estos interrogantes se intenta dar respuesta en este libro acompañado de numerosos ejemplos recogidos de la amplia experiencia de la autora que, con un estilo claro y didáctico, ofrece la información necesaria para reconocer cuándo sufre un niño estrés, los medios para prevenir su aparición y las pautas de acción para ayudar a superarlo.