William Gilbert, médico de la reina Isabel I de Inglaterra, fue el científico más destacado de su reinado. Gilbert acuñó el término «electricidad», fue el padre del estudio de la energía eléctrica además de ser el descubridor del magnetismo terrestre. Y sin embargo, es un gran desconocido. Gracias a su amistad con los grandes navegantes de la época, Gilbert conocía el curioso comportamiento de la agujas magnéticas de brújulas y compases, y la declinación magnética. Al formular su teoría de que la Tierra era un enorme imán, un cuerpo enorme dotado de "alma magnética", Gilbert desafió a la ortodoxia científica de su época e inició una batalla que culminaría en la actual concepción sobre el magnetismo terrestre.