Prólogo de Sergio del Molino. Daniel el Mochuelo intuye a sus once años que su camino está en la aldea, junto a sus amigos, sus gentes y sus pájaros. Pero su padre quiere que vaya a la ciudad a estudiar el bachillerato. A lo largo de la noche que precede a la partida, Daniel, insomne, con un nudo en la garganta, evocará sus correrías con sus amigos ?Roque el Moñigo y Germán el Tiñoso? a través de los campos descubriendo el cielo y la tierra, y revivirá las andanzas de la gente sencilla de la aldea. La simpatía humana con que esa mirada infantil nos introduce en el pueblo, haciéndonos conocer toda una impresionante galería de tipos, y la fuerza con que a través de rasgos frecuentemente caricaturescos se nos presentan siempre netos y vivos son dos de los mayores aciertos de esta novela. Feliz evocación de un tiempo cuyo encanto y fascinación advertimos cuando ya se nos ha escapado de entre los dedos, El camino es, por su amalgama de nitidez realista, humor sutil, nostalgia contenida e irisación poética, no sólo una de las mejores novelas de Miguel Delibes, sino también, como señala la crítica, «una de las obras maestras de la narrativa contemporánea».