Cuando Miguel Delibes se convirtió en el director de El Norte de Castilla tenía la firme voluntad de modernizar el periodismo español de los años sesenta, y lo consiguió con la ayuda de una generación de periodistas entre los cuales se encontraba un joven Francisco Umbral. Mentor y alumno, padre e hijo: la relación de estos dos grandes nombres de la literatura española traspasó las barreras de la admiración literaria para convertirse en una amistad que no haría sino consolidarse a lo largo de sus vidas. Gracias a la lectura de estas casi trescientas cartas escritas durante seis décadas y reunidas en una edición a cargo de Araceli Godino y Luciano López, el lector conocerá el documento más íntimo y que mejor atestigua el desarrollo y la consolidación de una amistad sincera en la que ambos escritores compartieron reflexiones literarias, confidencias personales y la evolución de dos estilos literarios que, aunque opuestos, se alimentaron el uno al otro. Una influencia que dejó una huella imborrable en su obra.