Asociado políticamente a la defensa de los derechos humanos en el célebre «asunto Dreyfus», el nombre de EMILE ZOLA (1840-1902) ha pasado a la historia de la literatura no sólo como fundador y teórico del naturalismo, sino también como vigoroso narrador del clima social y político de una época. En la extensísima serie denominada «Los Rougon-Macquart», en la que utilizó como laxo hilo conductor las vidas de los diferentes miembros de dos ramas dispares provenientes de un tronco común, alumbró un vasto fresco histórico y social de la Francia del Segundo Imperio, esto es, el período que transcurre entre la coronación de Luis Bonaparte como Napoleón III en 1852 y su destronamiento tras la guerra franco-prusiana de 1871. Situada en los revueltos tiempos que marcaron la efímera experiencia de la III República francesa, LA FORTUNA DE LOS ROUGON, primera de esta serie de novelas autónomas, establece el origen de esta frondosa saga y narra el ascenso social de la rama de los Rougon a favor de los vendavales políticos y la instauración del imperio.