Durante la Segunda Guerra Mundial, tras huir de la Alemania nazi y ser acogido en Inglaterra, el sociólogo húngaro Karl Mannheim (1893-1947) se lanza a responder una pregunta crucial: ¿cómo reconstruir las democracias liberales en una Europa dividida por distintas visiones del mundo Sus propuestas vienen precedidas de un duro diagnóstico: en su opinión, el avance de los totalitarismos nazi y soviético fue posible por la falta de resistencia que encontraron en un liberalismo desarmado de valores. Al diagnóstico, opone una terapia todavía más controvertida: recurrir al poder del Estado para inculcar en los ciudadanos el pensamiento democrático frente al totalitario, la disposición a escuchar la razón frente al irracionalismo de la sociedad de masas, el equilibrio entre derechos y deberes frente al individualismo... Diagnóstico y terapia desatan en la London School of Economics un duelo intelectual apasionante que enfrenta a Mannheim con destacados pensadores liberales como Friedrich Hayek y Karl Popper. Pero más allá del diagnóstico, la terapia y el duelo, están las preguntas que el sociólogo húngaro sembró por el camino y que hoy reaparecen en el contexto del debate sobre la crisis del liberalismo y sus alternativas posliberales o iliberales: ¿hasta dónde puede llegar un Estado democrático en la defensa de sus valores , ¿existe el intervencionismo moral «bueno» , ¿es posible una tercera vía entre el individualismo y el colectivismo , ¿de verdad el relativismo nos dispone mejor para la tolerancia