En Garcetas blancas, Derek Walcott trata los temas distintivos de su carrera: el complejo legado colonial del Caribe, su amor por la tradición literaria occidental, la sabiduría que llega con el paso del tiempo, las siempre extrañas alegrías del nuevo amor y, a veces, la aterradora belleza del mundo natural, con una intensidad y un impulso que recuerdan su obra más grande. A través de la fascinante repetición de temas e imágenes, Walcott amplía las posibilidades de la rima y la métrica, la forma poética y el lenguaje. Una celebración de la vida y un canto triunfal a la belleza, el amor, el arte y, quizás lo más sorprendente, el envejecimiento.