Cervantina es la suma incompleta de las novelas escritas por Nandito: poeta provinciano, pendenciero y barrial, quien se negó hasta su muerte a ser llamado por su nombre: Fernando Manzano. En el desarrollo de las novelas aparecen las historias y los personajes de Bayamo, un lugar del Oriente cubano. Según sus vecinos, él enloqueció leyendo libros de ideologías en desuso. Libros que ellos no querían conservar ni se atrevían a tirar. Y Nandito, sin otra hacienda que una máquina de escribir llamada Juanita y una bicicleta vieja que heredó de su padre, recorre aquellas calles de tierra y sin permiso narra de los vivos y de los muertos, de los que se fueron del país y de los que se quedaron, de los amores y de los odios entre vecinos y familiares. Así de descabellada es su aventura literaria, hasta que un día rompe la máquina y dice que no escribirá más, que se dedicará a bailar. Y sale en las congas de un carnaval, donde muere acuchillado. ¿Quién aniquiló a Nandito Esa pregunta viene a ser la narración coral de su última novela. Ya él no está presente físicamente, pero sus personajes dan testimonio de cómo sus vecinos, amigos y enemigos tienen razones suficientes para aclamar y reclamar por los contenidos de sus libros.