«Habiendo especialistas, yo me limito a ser, como Carlos Mir, el corazón del cinéfilo. Y ya se sabe que este corazón tiene sus razones que ninguna otra razón comprende jamás». Terenci Moix definía así a Carlos Mir hace más de veinte años, y también así podría definir este libro: un paseo por la Barcelona de los años cincuenta, sesenta y setenta y por sus cines, la mayoría ya desaparecidos. Con un amplísimo archivo gráfico de las salas, los pósteres y las entradas de la época, este libro es un homenaje a todos aquellos cines que, antes de las multisalas, crearon comunidades y trajeron a la ciudad, gracias a su variedad, todas las películas que podían soñarse.