Cuando el niño pequeño duerme con los padres se siente protegido, pero poco a poco y de una forma muy tranquila irá descubriendo que su habitación también es un lugar agradable. Su oso de peluche preferido, unas lucecitas suaves y un móvil hecho con la ayuda de sus padres harán que se dé cuenta de que, a pesar de no tenerlos siempre al lado, cuando más los necesite, sus padres siempre estarán ahí.