La peregrinación al sepulcro de Santiago estuvo marcada por las relaciones que los reinos cristianos mantuvieron con al-Andalus. El ataque de Almanzor a Compostela tuvo un enorme impacto psicológico en el norte ibérico y vinculó la ruta jacobea a la idea de un enfrentamiento permanente con el islam. A la quema de la basílica del Apóstol por el háyib amirí debemos probablemente la creación de la leyenda que convirtió a Carlomagno en el libertador de la tumba de Santiago en Galicia, quedando su icónica figura ligada al Camino. El propio Apóstol fue transformado en guerrero que intervenía en las batallas, invistiendo de su autoridad al proyecto de expansión cristiana y asociando esas empresas bélicas con el culto jacobeo. El estudio del Camino de Santiago en la Edad Media se ha realizado generalmente desde el análisis de la cultura cristiana y sus fuentes. Este libro colectivo pretende completar la visión del fenómeno jacobeo examinando tanto el arraigo de los mitos de la guerra sacralizada contra el islam como la existencia de contactos e intercambios con al-Andalus en el Camino. La información aportada por las fuentes árabes resulta crucial para conocer tanto la expedición de Almanzor como la percepción islámica sobre la ritualidad cristiana, ilustrando también la propia práctica peregrina de los andalusíes. Todo ello pone de manifiesto que esta ruta contribuyó a difundir un ideario cristiano compartido en Occidente al tiempo que vertebraba la llegada y dispersión de influencias foráneas, evidenciando que, sin al-Andalus, el Camino de Santiago no habría existido tal como lo conocemos.