París a través de las Óperas que la han recreado: La Traviata, La Bohème y otras obras clásicas.La llegada del realismo, a mediados del siglo XIX, pondrá en el foco el mundo vigente, que así se irá abriendo paso a duras penas en un fenómeno artístico, el de la ópera, tradicionalmente abonado al pasado histórico, al exotismo ultramarino y a la fantasía. París, ciudad que ya encarnaba entonces el mito de la modernidad, se convertirá en escenario predilecto del espectáculo operístico, cada vez que este se atreva a representar la sociedad contemporánea. Y lo hará siempre con una marcada preferencia por lugares muy señalados, por espacios fronterizos propicios a la transgresión y a los contrastes, configurando de este modo un rico mapa de la ciudad que este libro recorre a través de obras emblemáticas de la historia de la Ópera, como La Traviata o La Bohème.