Felipe II, el enigma del hombre enfermo, no solamente se ocupa en profundidad de los sucesos relacionados con la salud del Rey Prudente, donde la paradigmática gota, como no podía ser de otra manera, está con el protagonismo que se merece. Este ensayo también pone al descubierto cómo era la medicina del siglo XVI, tan entroncada en el galenismo arabizado y el poso hipocrático;pero igualmente sometida al recurso inútil de la mentalidad mágica. Felipe II disfrutó de una longevidad apreciable, y su currículo como enfermo no siempre ha contado con la atención suficiente por parte de los historiadores. Leer este ensayo puede ayudar a despejar dudas y también poner grilletes a errores anteriores, uno tan insólito como asegurar que Felipe II padeció el drama de una sífilis congénita. Sea como fuere, no conviene olvidar que ciertas decisiones importantes Felipe II las tomó atribulado por los desbarajustes de su cuerpo. Este ensayo acaso sea otro impulso añadido para conocer la otra intrahistoria del Rey del Mundo.