Jeremías,¿Puede un hombre cambiar el destino de una nación y el decurso de la historia? La cuestión de la libertad del hombre, situado ante su propio destino y el destino de la nación, es central en este drama teatral, uno de los primeros que escribió Karol Wojtya cuando tenía apenas veinte años. El hombre que reflexiona sobre la historia y la identidad de su patria resulta ser el propio autor, que protagoniza como un personaje más su propia obra. A través de sus personajes y de la sucinta trama de la obra, Wojtya dialoga con los mitos nacionales de su época, como el mesianismo y el sarmatismo, y con las grandes tradiciones culturales: la Antigüedad clásica, la tradición bíblica, el Romanticismo, el misticismo español de san Juan de la Cruz, o el hispanismo polaco, representado sobre todo en Calderón de la Barca y en la tradición quijotesca.