Estamos ante uno de los cancioneros más conmovedores de la literatura catalana contemporánea. Pepe Sales arrolla a los lectores con su fuerza lírica y su canallería fabricada ennla cárcel, los antrosà bajo el impulso constante del huidor. Su música es capaz de abrirse paso a martillazos a través de un contexto social represivo imposibilitando cualquier acallamiento. Una voz que florece en la periferia compartiendo su vitalismo contagioso capaz de convertir el deseo en una política, el sarcasmo en una fiesta. Víctor Obiols encuentra en su poesía un «nihilismo lúcido, rabia ceñida a un verso, intransferible visión sobre el país que le ha tocado vivir, ironía contra las tinieblas, remanso en la melancolía o en el tedio. Canciones llenas de cosas suyas, «trozos de vida». De amor y droga, como las quiso bautizar». Adentrarnos en este libro es también hacer un ejercicio de memoria, evitando la pérdida de las vidas efímeras o, al menos, postergando un conocimiento frágil de mundo. También es un viaje de conexiones entre lenguas vecinas, de vidas abriéndose paso a través de la palabra, antes de que los gestos sea