Desde su primera entrega, la poesía de Antonio Rivero Taravillo ha cultivado con regularidad la materia de Irlanda, un país y una cultura, incluida la lengua gaélica, que conoce como muy pocos entre nosotros. Es el tema, la pasión de una vida, sobre el que giran los poemas de esta Suite donde el autor ha reunido algunos poemas ya conocidos junto a otros nuevos la gran mayoría del volumen en los que retoma su profundo vínculo con los mitos, la historia, la literatura, la música y el arte de la verde Erín. Entre el largo poema inicial, «Dublín», dividido en treintaiséis movimientos, y el que hace de cierre, «La reina Maeve», ambos pertenecientes a la serie de inéditos, la sección «Hiberniae» contiene decenas de composiciones que alternan los referentes culturales y la propia experiencia, pues la fascinación por Irlanda es inseparable de su itinerario. El paisaje, las tradiciones, el sustrato céltico, aparecen de ese modo ligados a un acercamiento personal que lo es a la geografía de la isla, tantas veces recorrida, pero también al pasado de la vieja nación europea. Versículos, sonetos experimentales, haikus o hexámetros dan cuenta de la variedad formal del libro y de la destreza técnica de Rivero Taravillo, que inserta al modo joyceano versos en irlandés, en inglés o hasta en gallego. Como salido de uno de los campos de turba que aparecen en la obra de Seamus Heaney, el yacimiento donde excava el poeta trae vida entrelazada con símbolos y arquetipos.