El Árbol del Año es un concurso de ámbito internacional. Se escoge por votación popular el árbol que más y mejor se integra en la vida del pueblo o ciudad en el que está. Se valora la antigüedad y la frondosidad, pero sobre todo se tiene en cuenta que la vida del árbol y la vida de las personas que lo rodean tenga vínculos profundos. Miles de historias de paz y de guerra, de amistad y de amor, de miedos y de celebraciones, tienen como protagonista o testigo a un árbol: esos son los que ganan el concurso.