la gestación se considera un periodo crítico para la administración de fármacos, ya que estos pueden influir en el desarrollo del embrión o feto, provocando en ocasiones graves malformaciones, sobre todo si se administran en el primer trimestre, así como complicaciones en el parto y puerperio si son administrados durante las últimas semanas de gestación. De forma general en la práctica clínica, se va a priorizar el beneficio materno, pero siempre intentando minimizar los efectos adversos sobre el feto. Cabe destacar que la Food and Drugs Administration (FDA) comenzó a regular los fármacos utilizados durante el embarazo en 1979, tras varios incidentes en los que los fármacos causaron efectos adversos en mujeres embarazadas, como es el caso de la talidomida, un fármaco desarrollado en Alemania utilizado como sedante, que se prescribía a las mujeres para reducir las náuseas, el cual se utilizaba como seguro para embarazadas, pero causó deformidades en las extremidades de los niños nacidos de madre que lo tomaron durante el embarazo. Otro incidente destacable fue el relacionado con el dietilestilbestrol, un fárm