Milo odia casi todo. Es desobediente, irrespetuoso y está siempre enfadado. Un día, tras sufrir un accidente, comienza a percibir un fenómeno extraordinario: el mundo está repleto de monstruos que siguen a los humanos allá donde van. Pero la gente no lo sabe, pues solo Milo los puede ver. Poco a poco, Milo irá dándose cuenta de que cada monstruo se parece sospechosamente a la persona a la que acompaña