Akamatsu y Seven eran felices. Salían de cita al acuario, se hacían amigos de los pingüinos y disfrutaban de una erótico-festiva convivencia. Pero, después de un desafortunado incidente, Seven se esfuma de pronto. Y Akamatsu, sin comerlo ni beberlo, descubre el desdichado pasado de su compañero de piso. A pesar de que los dos provienen de mundos muy diferentes, los días que compartieron han dejado en ambos una honda impresión. Y Akamatsu no va a renunciar a su relación. Como un buen macarra, está dispuesto a pelear con uñas y dientes para recuperar su feliz rutina junto a Seven.