Cada objeto de la vida cotidiana puede contener un poema. En Subasta de ojos hay una voluntad de detener la mirada ante todo aquello que parece insignificante y aparentemente trivial como unas toallas viejas o un estuche lleno de pinturas para convertirlo en el punto de partida a través del cual brota el recuerdo, la reflexión, la imagen. Esta colección de objetos encierra en su interior todo el universo poético de la autora y ofrece un camino que transita desde los territorios lejanos de la infancia hasta el presente, estableciendo conexiones que solo la palabra escrita nos puede brindar.