«Hay quien emigra por necesidad económica o por persecución o por miedo, o por un horror que te entra de vivir en un país donde se consiente que pasen ciertas cosas. Antes de conocer a Elías, yo podía haber emigrado por varias de esas razones». Manuela se ha marchado de Colombia con su hijo, que inexplicablemente lleva un año sin pronunciar palabra. Ahora trabaja en casa de Irene, quien tras quedarse ciega por un accidente intenta cada día nadar sola en el mar pese al peligro de no ver el oleaje, porque «no quiere la vida ya, solo la lucha». Poco a poco, a medida que ambas mujeres vayan hablando, saldrán a la luz los sucesos que cambiaron la vida de los tres con inesperadas consecuencias. Luisa Etxenike, autora de Aves del paraíso, presenta aquí con gran agudeza a unos personajes que se enfrentan al desarraigo de un pasado tan crudo como enigmático, para darse la oportunidad de una nueva vida.