Pensar de forma crítica es una de las competencias que nos va construyendo como seres humanos y está conectada con la lógica, la creatividad, la responsabilidad, la ética y la metacognición, así como con la competencia clave de aprender a aprender a lo largo de la vida. En definitiva, nos ayuda a preservar y desarrollar el valor supremo de la libertad en tiempos de fake news, posverdad y pensamiento débil, lo cual convierte esta obra en imprescindible. El planteamiento es puramente curricular. A pensar de forma crítica se aprende pensando de forma crítica sobre el propio currículum escolar. No es un programa sobre pensamiento crítico, sino un enfoque crítico sobre el aprendizaje y sobre cómo los docentes podemos facilitarlo. No añade contenido: transforma el contenido en ocasión y experiencia de aprendizaje. La clave está en el cómo se aprende, por lo que el libro ofrece veinte sistemas metodológicos diferentes desde la perspectiva de cada una de las dimensiones del pensamiento crítico, con propuestas para su evaluación, de manera que cada profesor pueda ver qué posibilidades le brinda el método a él y a sus asignaturas y cómo puede insertarlo en su trabajo habitual. En este sentido, el libro es también un manual sencillo y claro de metodologías activas centradas en el aprendizaje que potencian la innovación educativa. La obra se completa con un estudio sobre la aplicación del pensamiento crítico en las aulas de ESO y Bachillerato y con aportaciones y reflexiones de profesionales en ejercicio sobre este tema. Este trabajo forma parte del desarrollo de un proyecto internacional Erasmus+, en el cual están implicados trece centros educativos de Noruega, Francia y España.