La escuela rural del siglo xxi debe ser verdaderamente visible en el sistema educativo y lo debe ser bajo un modelo más equitativo, inclusivo y de calidad educativa. Para esta proyección social y educativa, la labor del maestro es esencial así como su profesionalidad en el marco de una práctica pedagógica caracterizada por la multigraduación. Una práctica que se encuentra arropada por organizaciones escolares rurales de distintas características pero que requieren de un liderazgo pedagógico que impulse una cultura democrática real. El reto de la escuela rural reclama hacer visible la escuela rural y situarla en el escenario real que le corresponde por el gran papel que desempeña en el acceso a la educación en los territorios rurales.