Son apenas quince kilómetros los que separan, en la parte más angosta del estrecho, España de Marruecos, pero viajar al país magrebí sigue siendo una experiencia exótica, variada y sorprendente. Marruecos ofrece, a nivel natural y paisajístico, miles de kilómetros de costa, majestuosas montañas y la inolvidable nada que es el desierto del Sahara, pero seduce tanto o más por su milenaria cultura y el carácter hospitalario de sus habitantes. De sus ciudades más monumentales impacta sin duda el ritmo de las zonas antiguas. Y es que los mil años de historia de Fez o Marrakech parecen estar contenidos en cada rostro, cada vivienda, cada pequeño suceso que presenciamos en la medina. La experiencia viajera se puede completar con la estancia en un bonito riad y la degustación de la excelente gastronomía marroquí