Este libro trata de recoger los recuerdos de la vida rural en la infancia y la juventud de los campos de Castilla, duros, fríos, a veces heladores que van formado carácter y de los que el autor quiere salir huyendo en busca de la gran ciudad anhelada: Madrid, que tiene a poco más de cien kilómetros. A través del estudio de la literatura se engancha al periodismo por ser lo más parecido a los textos que leía con gran pasión de joven y que le sirvieron para dejar atrás los campos de cereal, hoy solo un recuerdo.