Las rutinas son el peor enemigo para nuestra mente. Desde que nacemos, nuestro cerebro tiene una actividad frenética para asimilar toda la información que nos brinda el mundo exterior. Sin embargo, el paso del tiempo hace que esa actividad disminuya, las rutinas cada vez se apoderen más de nosotros y nuestra mente se acomode. Si queremos recuperar la vitalidad perdida, debemos ejercitar nuestra mente ofreciéndole nuevos desafíos cada día.