El rencor de una ambiciosa cortesana que trasciende la muerte, un pirata poeta que surca los mares para polemizar con un sabio erudito, unas damas con cara de zorro en un bosque encantado, un pícaro monje rescatado de la muerte que regresa para cumplir devotamente con sus obligaciones maritales, una geisha de trágico destino y un criminal redimido por la luz de Buda son algunos de los personajes de Cuentos de lluvia de primavera, la última obra de Ueda Akinari, la figura más prominente de la literatura japonesa del siglo XVIII. Los diez relatos que componen esta obra son precisamente como la lluvia primaveral: sorpresivos e inesperados, pero siempre bien recibidos. Hilados por una aparente falta de estructura, poseen el sello inconfundible de ser testamento de un maestro de las letras comprometido con la cultura de su tiempo. Un viejo escritor casi ciego, que espera la hora final con su taza de té en una mano y su pincel en la otra para dejar ese testimonio sincero que solo se alcanza con un pie en el estribo.