Las emociones, aunque tienen un sustrato biológico, son también construcciones culturales, y la sociabilidad afectiva que se teje en la escuela, por medio de los dispositivos y climas emocionales que se examinan en esta obra, ha sido determinante en la formación de los sujetos y en la normalización de los colectivos humanos. Las emociones fueron siempre un motor fundamental de la evolución y de la historia de las sociedades. Ellas están en la base de la antropología en la que se sustenta la subjetividad y las tramas sociales de la vida humana, en las que opera el mundo de la educación.Este trabajo da cuenta de lo anterior a partir del análisis e interpretación de las representaciones del mundo de las emociones en la vida escolar, con lo que ensaya desvelar otro de los silencios de la historiografía educativa, más allá de los combates de los viejos modos de hacer historia. Las dos imágenes de cubierta y contracubierta del libro quieren mostrar el carácter bipolar y dialéctico de la cultura emocionalde la escuela. Por un lado, la alegría, por el envés, la ira. Este mismo dualismo se constata en los juegos entre la seducción y el pudor, el premio y el castigo, la higiene y la vergüenza, la espontaneidad y la disciplina, con los que se construye la cultura de la escuela. 10