Ser una bastarda es horrible. Tilla lo sabe. Su padre, Lord Kent, la quería cuando era niña, pero la dejó de lado cuando tuvo hijos legítimos. Cuando hay algún banquete de celebración en el castillo, Tilla siempre ansía poder sentarse junto a su padre y disfrutar del festín junto al resto de su familia. Pero, en lugar de eso, la obligan a sentarse en la mesa de los bastardos. Y un día, durante el festín en honor a la princesa Lyriana, esta sorprende a todo el mundo sentándose en la mesa de los bastardos. Tilla lleva a la sobreprotegida princesa a una escapada nocturna. Junto a Jax, Miles y Zell se topan con un crimen que no deberían haber presenciado. Los bastardos huyen para salvar sus vidas. Acaban de descubrir que solo ellos pueden evitar una guerra civil que destruiría su reino...