El hipopótamo, el leopardo y el cocodrilo se burlan del pequeño león cuando se cruzan con él. Le dicen que los leones de verdad son tan grandes que pueden tocar la luna con su zarpa, y siempre andan tras de él con la misma cantinela: «¡León, leoncito, eres tan pequeñito que pareces un ratoncito!», le gritan. El pequeño león se siente cada vez más minúsculo y frustrado. Hasta que un día viene a su encuentro el cuervo, un amigo muy listo al que se le ocurre una idea genial para ayudarle. Una historia ingeniosa sobre lo grande que puede llegar a ser un pequeño león.