Helena Sabater tiene veintisiete años cuando toda su vida se descoloca, cuando abandona todo lo que siempre había querido, su familia, su trabajo, su mejor amiga. Te parecerá una historia que has escuchado, que quizá ya has leído. No lo es tanto. Helena ahora mismo está en un lugar muy parecido al gris del asfalto, al negro de la noche. Todo cuanto ella soñó se destruye cuando comienza su historia, que es esta novela. Deja a Fifín Beneyto, su madre;a Jaime Sabater;y a Carlos, su hermano. Deja a María Andreu, su mejor amiga, su compañera de viaje, su confidente. Ella la ha visto descender hasta lo más hondo por culpa de un hombre, mientras ascendía a lo más alto en una empresa. Helena los deja a todos en una ciudad que fue suya hasta que Andrés, un joven al que conoció en la universidad, la hizo suya. Así, con esa posesión que acaba con una mujer. Helena nunca creyó que se dejaría engullir, menguar o destruir, pero alguien consiguió hacerse con ella. Y solo cuando se da cuenta de lo que ha ocurrido, de hasta dónde es capaz de llegar aquel a quien tanto había amado, huye. Huye a una aldea alejada de