Dos seres dialogan en una mirada espiritual más que religiosa, hecha de palabras, silencios y un misterio que parece penetrar cada verso. Jeannette L. Clariond dirige Ante un cuerpo desnudo a un Tú que sostiene su soledad, ese dolor de ser mundo, un saberse ausencia ante un cielo ensimismado. Esta declaración de abandono es llaga en la voz de la poeta. Nos recuerda a Martin Buber: Cuando se nombra el Tú, se dice al mismo tiempo el Yo, que en este libro subsume la unión de dos cuerpos desnudos develando su orfandad: ¿Dónde estarás ahora?, ¿dónde si no te alcanzo en el oscuro bosque? La poesía tiene el don de poner en nuestros labios el más profundo desamparo. «Árbol sin hojas, leemos una raíz/ abierta sobre la tierra yerma».