«Todo resplandece en los paseos de Walser, en los que se mezclan arrebatos y caídas, en los que las ideas se elevan y se abisman con la más extraña naturalidad». <br />Del prólogo de MENCHU GUTIÉRREZ<br /><br />«Robert Walser, solo respira paseando, solo respira con una prosa que pasea y es amiga declarada de vagabundear y de la que se diría que, provocativamente y como en sordina, parece instilar un desenmascaramiento corrosivo de la enaltecida operación de escribir». ENRIQUE VILA-MATAS<br /><br />La vida del escritor suizo Robert Walser es una de las más apasionantes tragedias de la literatura centroeuropea del siglo XX. Autodidacta, errante, finísimo estilista de la lengua alemana y provisto de una mirada capaz de diseccionar la realidad con la más suave ironía, Walser empleó los pocos años durante los que pudo escribir (entre 1904 y 1925, antes de sucumbir a una enfermedad mental de origen hereditario) en tallar exquisitas miniaturas acerca de una vida cotidiana poblada de personajes e impresiones procedentes de la noche más oscura. El paseo es una de ellas. Un poeta sale a pasear <br />y ante su mirada se alternan la belleza de la vida y el absurdo de las convenciones de la sociedad, el sonido de una voz que canta y el espectáculo del gran teatro del mundo. Entre el sabor más crítico y la más pura de las reflexiones, este texto es una espléndida muestra del arte de un autor elogiado por muchos de sus más ilustres contemporáneos: Robert Musil, Herman Hesse, Thomas Mann, Walter Benjamin o Franz Kafka.