Ante los récord de audiencia conseguidos por la primera edición de un reality show estrella de la televisión, la cadena decide separar a sus jóvenes protagonistas en dos casas, en dos grupos, en dos bandas distintas para su segunda edición. Lo que pretendían que fuera un nuevo éxito, una sucesión de escenas en las discotecas de verano y momentos de confrontación entre canis y chonis, se convierte, ante los ojos perplejos del espectador, en una auténtica tragedia.