Al igual que el Mambrú de la canción, Jan Castres fue movilizado por la armada francesa al estallar la gran guerra de agosto de 1914. Fue trasladado a un país que no era el suyo, pese a que su nacionalidad decía lo contrario, y junto con reclutas del otro lado de los Pirineos, vestidos como él con el uniforme azul y pantalones rojos, fueron conducidos hacia la frontera belga en medio de un infierno llamado Charleroi.