«Piensa en la nieve cegadoramente blanca de las altas montañas. Piensa entonces en la nieve, cuando está cerca del hombre y es, una y otra vez, pisoteada. Piensa en las nieves sucias. Quizás este cuento debería llamarse El hada de las nieves sucias». Todo el mundo pasa por malas épocas, incluso los seres mágicos. Pero las hadas, como todos, también tienen momentos de felicidad, efímera o no. Porque en eso consiste la dualidad de la vida. Hadas deprimidas, mutantes capaces de condensar un mes en un segundo, mofetas psíquicas, peces explosivos e inquilinos inmortales pueblan el mundo de los relatos de Santi Balmes, donde él mismo se sumerge como protagonista, mezclando realidad y ficción con su inconfundible estilo a caballo entre el humor y la lírica.