Este relato, en el que el protagonismo recae sobre un universo humano, no habiendo por tanto un protagonista único, pretende ser una descripción de la vida de hombres y mujeres de muchos pueblos pequeños en la España de la postguerra civil. Por aquí desfilan personajes de colores muy variados y, bajo la falsa apariencia de que, en tantos pueblos de la época, como Soto del Arroyo, no pasaba nada, late un sinfín de sentimientos, amores y desamores, sufrimientos, injusticias, frustraciones, pasiones reprimidas, odios irreconciliables, pero también mujeres y hombres de buen corazón, acciones nobles, pequeñas ventanas abiertas a la esperanza.