La realidad en la que vivimos es un compendio cambiante de sensaciones, que no solo depende de factores tangibles como los materiales, las formas o las personas que nos rodean;también entran en juego factores no visibles como la calidad del aire, el sonido, la humedad o las conexiones visuales. Conociendo el impacto que el espacio contruido tiene en nuestra construcción de la realidad podemos entender uno de los mecanismos más maravillosos de la mente humana: el aprendizaje.