San Antonio no ha perdido la actualidad y su memoria es evocada constantemente por el pueblo cristiano, que ve en él al santo que resucita a los muertos, que cura enfermedades, que está dotado del don de bilocación, que habla a los peces, que convierte a los herejes, que aligera el bolsillo de los ricos en provecho de los pobres necesitados, que asegura y multiplica las provisiones, que allana los obstáculos que dificultan el contraer matrimonio, que halla las cosas perdidas, que conversa amigablemente con el Niño Jesús. La experiencia cotidiana enseña que san Antonio no defrauda nunca la esperanza de sus devotos.