Hay quienes continúan llamando despectivamente «viejos» a los niños y niñas con altas capacidades intelectuales. Y también hay quienes piensan que si un alumno es particularmente inteligente «¿para qué lo vamos a ayudar?». Es más, hay quienes se sienten intimidados por el alumnado con altas capacidades intelectuales. Todo ello viene a corroborar la ignorancia generalizada en torno a esta realidad y la falta de políticas de apoyo a las necesidades educativas especiales de la población infantil y juvenil con altas capacidades intelectuales o sobredotación. Este libro pretende dar algunas respuestas, pero también hacernos reflexionar y poner en la palestra el abandono que sufren buena parte de estas personas en el ámbito académico. Para ello, se aborda el perfil del alumnado con altas capacidades y sus necesidades educativas, pero también su capacidad de autorregulación y afrontamiento del estrés. Asimismo, se presentan experiencias de enriquecimiento cognitivo y se analiza el grado de satisfacción que producen. Y se exponen las formas de identificación de las altas capacidades en las diversas comunidades aut