En esta obra de 1923 el tema del tiempo de Ortega es explícitamente descrito por el filósofo como el "nuestro". Se trata de la superación del modo de pensamiento y, más específicamente, de vida de las generaciones anteriores. Con el desarrollo en "esta obra de su concepto de "generación" y de "perspectiva" propone un nuevo punto de vista que dé razón de la constante en los cambios de estilo vital -la vida-, constante que precisaría sobre la base de este texto y sus Meditaciones del Quijote. Los ensayos en torno al momento en que prepara la obra para la imprenta que acompañan a esta edición completan esta perspectiva. La superación de lo que llama "idealismo", punto en que se precisa El tema de nuestro tiempo, constituye el quicio para un sistema de pensamiento en apertura y evolución continuas, siempre en relación con su circunstancia.