El viejo mundo de la prostitución era un conjunto de negocios casi artesanales sin apenas impacto económico. El nuevo canon es una industria global, interconectada, con un modo de funcionamiento similar al de las grandes corporaciones capitalistas, un volumen de beneficios anual mucho mayor que el de varias multinacionales juntas y con un pie en la economía ilícita y otro en la lícita. La novedad de la prostitución en el siglo XXI es la fusión entre los intereses patriarcales y los intereses capitalistas. El resultado es un proceso creciente de mercantilización de los cuerpos y de la sexualidad de millones de mujeres en todo el mundo, que son expulsadas de los países periféricos y traídas a los países centrales para que varones de todas las clases sociales accedan sexualmente a sus cuerpos en una operación de colonialismo sexual. Este gigantesco aumento de la prostitución ha sido posible por la complicidad de algunos estados y de algunas instituciones del capitalismo internacional. En este ensayo, Rosa Cobo muestra cómo la prostitución constituye un fenómeno social clave para entender la nueva configuración del capitalismo global y de los patriarcados contemporáneos.