Condenado por unos comentarios como siempre inoportunos, Satán se ve obligado a escribir cartas a casa desde su exilio en la Tierra. Las Cartas se centran particularmente en la naturaleza de la relación entre Dios y el Hombre, ese vínculo que quiere simbolizar la forma más sublime de la reverencia y el amor, pero que frecuentemente se manifiesta en forma de desgracias, tribulaciones y abandono. Con ese tono escandaloso que sólo nos permitimos en cavilaciones privadas, las Cartas desde la Tierra conmueven, hacen reír y, como si eso no fuera suficiente, destilan un aire profético.