La escritora Marta Robles ha escrito una Tintablanca donde late una Salamanca intelectual, culta, abierta al mundo, apasionada y moderna. El texto de la narradora recorre no solo los grandes itinerarios monumentales de la ciudad castellana. Va más allá al adentrarse en la vida y obra de las personas y los mitos que la habitaron. Y junto a su texto el pintor Pedro Cuadra ha dibujado una ciudad llena de color, espiritualidad y «modernidad barroca».