Los movimientos espirituales que se examinan en este libro desplegaron su labor de manera independiente entre sí, si bien hay constancia de que existieron algunas relaciones entre ellos. Un ejemplo lo constituye el hecho de que determinadas encomiendas de la orden del Temple proporcionaron protección a cátaros huidos. Otro ejemplo es que miembros de esta orden intercambiaron textos de contenido transcendente con los franciscanos espirituales y que ambas órdenes se implicaron en su custodia. Pero esencialmente fueron movimientos autónomos;cada uno tenía su idiosincrasia y sus señas de identidad propias. En estas páginas examinaremos todos ellos, si bien lo haremos por separado. Les dedicamos un único libro porque aun siendo autónomos presentan similitudes importantes que justifican un abordaje conjunto.