En la masiva producción rutinaria de textos en la que estamos inmersos, la aparición de Gasolineras es una urgencia y una gran posibilidad. Contra el rito y las amenazas contemporáneas que cada vez precarizan y fagocitan más la poesía, aquí encontramos un poeta que habita otros puntos cardinales, habla desde el nosotros, construye su lirismo en la alteridad, y es tan consciente de su devenir comodel complejo reto que esto significa frente a su propia tradición. El viajero que regresa nos cuenta que el fin del mundo está ya aquí, pero no totalicemos, porque el mundo no se acaba, solo nosotros,nuestra fútil presencia. [.] Canta la canción de lo que pasará mañana, y de lo que hemos perdido con una sabiduría que se hace presente inadvertidamente.