Antonio Drove, cienasta español, comenzó su carrera en los últimos años del franquismo. Pese al reconocimiento y éxito de sus primeras obras, y aun consiguiendo desarrollar una notable carrera tanto en cine como en televisión (con hitos como La verdad sobre el caso Savolta), nunca consiguió alcanzar un estatus que le permitiese desarrollar su talento con la suficiente libertad. Por el contrario, su fama de director conflictivo (el Drove feroz) le condenó definitivamente al consabido malditismo.